Por eso muchacho no partas ahora soñando el regreso, que el amor es simple y a las cosas simples las devora el tiempo. Demorate aquí en la luz mayor de este mediodía donde encontrarás, con el pan al sol, la mesa tendida. Uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amó la vida.
Gracias a la vida que me ha dado tanto. Me ha dado la marcha de mis pies cansados, con ellos anduve ciudades y charcos, playas y desiertos, montañas y llanos, y la casa tuya, tu calle y tu patio.
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